Una de las formas más divertidas de recorrer Estonia es conducir un coche o una motocicleta. Estonia es un país pequeño y las infraestructuras son buenas, por lo que conducir allí es muy sencillo y cómodo.
Hoy os proponemos los diez lugares del sur de Estonia que no podéis perderos si pensáis haceros vuestro propio fly & drive:
Tartu, la ciudad más antigua de las Repúblicas Bálticas
La capital intelectual de Estonia es, además, la cuna del famoso festival de la canción de Estonia, del teatro estonio y hogar de una de las universidades más antiguas del norte de Europa. No os perdáis el observatorio de la universidad, donde se encuentra el arco geodético, incluido en la lista de patrimonio de la humanidad de la UNESCO, el Centro Científico Ahhaa y el Museo de la Cerveza A. Le Coq.
Castillo de Sangaste
El castillo de Sangaste, situado en el sur de Estonia, es uno de los lugares que National Geographic ha marcado con sus famosos marcos amarillos para indicar visitas que merecen la pena. Si estáis interesados en la cultura y la historia, definitivamente, tenéis que acercaros
a este lugar. El castillo y su parque fueron construidos tomando como ejemplo el famoso Castillo de Windsor en Reino Unido.
Lago Viljandi y las ruinas del Castillo de la Orden de Viljandi
Este castillo de piedra fue erigido en el mismo lugar donde en 1224 se levantaba una fortaleza estonia. Se cree que su forma y tamaño finales datan de principios del siglo XVI y fue uno de las fortalezas más importantes del país. Desde las ruinas tendremos las vistas más hermonsas de las aguas del lago Viljandi.
Taevaskoja
Taevaskoja es uno de los sitios más famosos del sur de Estonia. Sus afloramientos de de piedra caliza y su antiguo valle, conforman una de las más bellas zonas de la Reserva Paisajística del Río Ahja. Las leyendas hablan de cuevas, demonios y sirenas…entre otros seres mitológicos. Disfrute de un paseo desde la Pequeña Taevaskoja hasta la Gran Taevaskoja.
Reserva Natural de las Cuevas de Piusa
Las cuevas de Piusa fueron creadas en 1922 como una cantera de arena de cuarzo que era utilizada para hacer cristal. Además de las antiguas cuevas de las minas, también encontramos tres cuevas creadas por la mano del hombre. Las cuevas se han convertido en un sitio de hibernación de murciélagos: en la actualidad aquí hiberna la colonia más importante de todo el este de Europa. Es posible visitar las cuevas desde el centro de visitantes.
El Valle del Ruiseñor (Nightingale Valley) y los Lagos de Rõuge
El primitivo valle de Rõuge, con 10 kilómetros de extensión y más de 50 metros de profundidad, cuenta con varios lagos conextados por los ríos Rõuge y Ajo. El valle del ruiseñor (Ööbikuorg), vigilado por una Antigua Fortaleza, es el valle más conocido de esta zona con 300 metros de extensión y entre 12 y 15 metros de profundidad.
La Mansión de Alatskivi y la Ruta de la Cebolla
La Ruta de la Cebolla nos llevará por las orillas del Lago Peipsi (uno de los más grandes de Europa) serpenteando desde la orilla derecha del río Emajõgi hasta Kallaste. La antigua cultura germano-báltica está representada por la mansión señorial de Alatskivi, pero también podrás obtener una panorámica sobre la cultura rusa de los Viejos Creyentes y de la cultura de los antiguos campesinos estonios.
Suur Munamägi
Suur Munamägi es el punto más alto de las Repúblicas Bálticas… con solo 318 metros de altura sobre el nivel del mar. Desde su torre de observación obtendremos unas fantásticas vistas de sus alrededores (hasta 50km en todas las direcciones). La torre fue construida en 1939 y reconstruida en 1969 y cuenta con una altura de 29,10 metros.
Museo Estonio de Aviación
El Museo Estonio de Aviación comenzó siendo una colección privada antes de abrir sus puertas como museo en el año 2002. En su interior, los visitantes encontrarán una exposición de maquetas de alta calidad con casi 400 aeronaves que han tenido un importante papel en la historia de la aviación. Allí podrás encontrar desde aeronaves de pasajeros a bombarderos.
Mansión Mooste
La Mansión Mooste, a las orillas del hermoso lago del mismo nombre, cuenta con uno de los conjuntos de edificios de estilo historicista más impresionantes. Y hay mucho más que ver: un taller de restauración, un centro de arte, una sala de conciertos con capacidad para 500 personas, y la casa de huéspedes de la destilería, uno de los lugares más románticos para una estancia en el sur de Estonia.
Nota prensa, Oficina Turismo de Estonia