Montes Aquilianos; Valle del Silencio; Quizá fue el paisaje de estas tierras lo que le llevó a constituirse como un centro espiritual de primer orden desde el s.V hasta bien entrada la Edad Media. La llegada de San Fructuoso y de San Genadio fue el inicio de la profusión, primero de ermitaños y después de numerosos monasterios en sus alrededores. De aquellos tiempos son ya pocos los elementos que nos quedan en pie pero los que hoy podemos conocer son de una gran relevancia como lo atestiguan la grandes del Monasterio de San Pedro de Montes y la insólita belleza de la Iglesia Mozárabe de Santiago de Peñalba. Junto a la Ermita de la Santa Cruz y la Cueva de San Genadio constituyen los restos de un pasado que buscaba reconciliarse con Dios en tiempos de zozobra moral en un marco natural excepcional. Además el restaurado pueblo de Peñalba con sus casas recuperadas nos muestra las características de la arquitectura berciana.
Pueblo de Santiago de Peñalba: Al final del Valle del Oza se encuentra Peñalba y su Iglesia de Santiago, una auténtica joya del arte mozárabe. Son los restos de un monasterio fundado por San Genadio a principios del s.X. Traspasar su emblemática doble puerta con arcos de herradura nos descubre, gracias a las últimas restauraciones, un ciclo completo de pinturas murales de la misma época. Cerca de allí, después de caminar por una estrecha senda, la Cueva de San Genadio custodia la entrada al valle del silencio, lugar de recogimiento para numerosos eremitas en los primeros siglos de la Edad Media, dando origen a la llamada “Tebaida Berciana”.
Monasterio de Montes; Sus orígenes datan del siglo VIl, es San Genadio quien lo reconstruye en el siglo IX. Hundido el edificio a mediados del XIII seria poco después reconstruido. Los siglos del XI al XIII son de prosperidad, pero una profunda crisis se produce hasta el 1500. Con la pertenencia a la congregación benedictina de Valladolid comienza un nuevo periodo de prosperidad en el que se acometen grandes reformas en el edificio. Durante los siglos siguientes el monasterio sufrió todo tipo de avatares, épocas de prosperidad y momentos de desánimo y decaimiento. La iglesia es lo mejor conservado del monasterio en la actualidad.
Conserva básicamente sus trazas románicas pero con las aportaciones del siglo XVIII, el tramo de los pies de la iglesia con su fachada y la sacristía. De planta basilical, sus tres naves rematan en triple cabecera con ábsides semicirculares y un tramo recto. La nave central es más ancha que las laterales y se separa de éstas por arcos apoyados sobre gruesos pilares semicirculares.
Las naves laterales se cubren con bóvedas de cañón, sus arcos descargan sobre pilares y pilastras apoyadas en la pared. La cabecera y la nave central se unen mediante un arco triunfal, las laterales lo hacen a través de arcos de medio punto. La portada principal es la de los pies, de 1756, se encuentra entre la torre y el claustro. El frontón es sujetado por dos altas pilastras que enmarcan la puerta, encima de ésta una hornacina y la ventana. La torre se cubre con pizarra y en su cuerpo más alto las cuatro ventanas tienen capiteles visigodos. En el interior de la iglesia se guardan cinco retablos.
El mayor es barroco y alberga tallas del siglo XVII , el retablo de San Genadio es del siglo XVII, los otros tres son del XVIII. Los restos del monasterio se encuentran al Sur y al Este de la iglesia. Son de diferentes épocas y datan de los siglos XVI a XVIII. En la actualidad trabajos de restauración y excavación que se espera aporten nuevas luces sobre el monumento.
Iglesia de Santiago de Peñalba; La iglesia de Santiago de Peñalba, joya del arte mozárabe, es sin duda, el resto de un antiguo monasterio fundado por San Genadio en el siglo X. Está enclavada en un impresionante paraje de los Montes Aquilianos, en el pueblo de Peñalba. Declarado Conjunto Histórico Artístico Nacional, está muy bien conservado y con numerosas viviendas reconstruidas.
Las solanas de las casas se asoman al espectacular paisaje de los Montes Aquilianos. Desde estas solanas se contempla el Valle del Silencio, un lugar de eremitas y santos que han dado nombre e inicio a la tebaida berciana. En este valle se encuentra la cueva de San Genadio, a la que el santo se retiraba como eremita y donde hoy existe un altar en su honor.
El abad Salomón construyó la iglesia en el 937. Es de una sola nave pero sus dos capillas se unen a aquella por arcos de herradura, dándole forma de cruz. La nave está dividida en dos tramos separados también por arco de herradura, rematada en sus dos extremos por ábsides. El de la cabecera es ultra semicircular y el de los pies de medio punto peraltado, aunque en sus líneas exteriores los dos son rectos. La cubierta es muy original. Los ábsides se cubren con bóvedas gallonadas, al igual que el primer tramo de la nave, que se apoya directamente sobre cuatro arcos de medio punto. Las capillas laterales y el segundo tramo de la nave se cubre con bóveda de cañón.
En los últimos trabajos de consolidación realizados en la iglesia se han descubierto restos del monasterio y pinturas de diferentes épocas que representan las actividades cotidianas de los monjes.
En su exterior, el edificio se presenta como un conjunto armónico configurado por volúmenes a diferentes alturas. Hay que destacar el tejado de amplios aleros sostenidos por modillones de rollo y la portada orientada al Sur, de dos arcos geminados de herradura, que se apoyan sobre columnas de mármol, de labrados capiteles. El conjunto está enmarcado por un alfiz. En la parte Norte hay un lucillo, del siglo XII. En el interior imágenes de San Genadio, Santiago, San Andrés y San Miguel, del siglo XVI, obras probablemente de Nicolás de Brujas y Lucas Formente.
Monasterio de Carracedo; El Monasterio de Santa María de Carracedo fue fundado por el Rey Bermudo II en el año 990 y restaurado por Doña Sancha, hermana del rey Alfonso VII en 1138. Se convierte en una poderosa Congregación con filia les en el Bierzo, Asturias, León y Galicia. Posteriormente pasa a formar parte de la Congregación del Cister, de cuyo estilo arquitectónico es un ejemplo. A comienzos del siglo XVI Carracedo se integra .en la Congregación de Castilla iniciando una nueva etapa de esplendor, que se manifiesta con nuevas construcciones y ampliaciones del edificio monástico monástico. En el siglo XIX el edificio fue en parte saqueado y destruido. Su larga historia se manifiesta a través de los diferentes estilos arquitectónicos que se superponen entre sí.
En el Claustro se conservan algunos arcos, del XVI. En su lado Norte se encuentra la iglesia actual construida en 1796, pero inacabada. Es de una sola nave, en ella se conservan una buena parte de las esculturas que tuvo el monasterio. En el lado sur están, el refectorio, la cocina, la biblioteca y las estancias de invierno del abad. En la actualidad estas dependencias contienen los fondos del museo del monasterio. Son los restos del ala Este los más atractivos. En la planta baja destaca entre otras dependencias la sala capitular, se accede a ella a través de una portada románica, a ambos lados hay sendas ventanas. Su espacio está dividido por cuatro columnas con capiteles decorados de motivos vegetales y animales y cubierta con bóveda de crucería.
Al piso superior se accede por una hermosa escalera del siglo XVI, se encuentran distintas dependencias a las que se les llama "palacio real", a destacar el oratorio y la llamada Cocina de la Reina. Es una amplia sala de planta cuadrada con cuatro esbeltas columnas sobre las que se apoyan arcos apuntados. Esta estancia comunica con la huerta a través de una elegante arquería. Mención aparte merece la galería (Mirador de la Reina), elegante pórtico de tres arcos, los laterales de medio punto y el central apuntado que descansa sobre dos columnas.
Actividad en la zona; Montes Aquilianos - Valle del Silencio Ref. 220813 (Festividad de la Virgen de la Asunción 2022 - Puente de Agosto)
Información adicional: Montes Aquilianos - El Bierzo - El Castillo de Ponferrada Información, Pueblos y lugares con encanto, Reportaje