Aquí está la propuesta para conocer; Andorra - El país de los Pirineos
EL MARCO FÍSICO
Ubicado en plenos Pirineos, entre los 42° 25' y los 42° 40' y los 5° y 7' y los 5° y 29', ocupa una superficie de 468 km2 que se extiende entre los países de Francia y España.
Su superficie se caracteriza por una geografía típica de montaña: su altitud se sitúa entre los 850 (frontera española) y los casi 3.000 metros y su punto más alto es el Pic de Comapedrosa (2.942 m.). Aparte de este pico, Andorra cuenta con más de cincuenta cumbres que sobrepasan los dos mil metros: I'Estanyó (2.915 m), Serrera (2.913 m.), Portella (2.905 m.) y Font Blanca (2.903 m.).
Otro elemento determinante de su orografía son sus valles, que de alguna manera condicionan el trazado de sus carreteras. El río principal es el Gran Valira, que se forma a la altura de Escaldes, al unirse las aguas del Valira del Nord y el Valira d'Orient. Los tres cauces reciben las aportaciones de un buen número de afluentes, que a la vez surcan sus propios tajos. Entre estas cuencas periféricas cabe destacar, por su extensión, las de los ríos lncles y Madriu.
Los lagos ocupan igualmente un papel relevante en la orografía andorrana. De origen glaciar, se contabiliza un total de 59, siendo el más grande el estany Primer de Juclar, con más de 21 ha de superficie. Otros, igualmente considerables, son L'illa (13, 1 ha), Més Amunt de Tristaina (12,8 ha) y Montmalús (11 ,3 ha).
CLIMA
El clima andorrano es «sano y seco". La escasa humedad ayuda a soportar los fríos invernales, que serían casi insufribles si el Príncipat registrase una elevada humedad atmosférica. De igual modo, no es una zona afectada por los grandes vientos.
La primavera y el otoño son estaciones de temperaturas suaves, si bien se registran notables variaciones térmicas entre el día y la noche (las heladas nocturnas son frecuentes). Las temperaturas máximas veraniegas pueden rondar los 25-30°C; pero la sequedad ambiental las suaviza.
Del mismo modo que la orientación de los macizos suaviza las temperaturas (cerrando el paso a los vientos del norte) influye en las precipitaciones, inferiores a las registradas en otras comarcas pirenaicas. La época más lluviosa del año coincide con el final de la primavera (meses de mayo y junio), cuando se alcanzan los 600 mm por metro cuadrado. Este caudal de precipitaciones, sumado al deshielo de los neveros, hace que aumente el nivel de los ríos andorranos, que desaguan con gran estrépito. En verano pueden producirse algunas tormentas con ligeras precipitaciones. El final del otoño, invierno y la primera mitad de la primavera son época de grandes nevadas, que algunos años se prolongan hasta el mes de mayo. En los valles del sur del Principat nieva una media de diez días anuales, pero en las zonas mas norteñas y elevadas como Soldeu o el Pas de la Casa se supera la media de 60 días anuales de innivación.
VEGETACIÓN Y FAUNA
La configuración montañosa del suelo andorrano condiciona la presencia vegetal, que continúa siendo abundante a pesar de las talas, antaño para la producción de carbón y hoy para acondicionar zonas para estaciones invernales o urbanísticas.
En la profundidad de los tajos crecen especies caducifolias mediterráneas como la encina y el chopo, este último junto a los ríos. En las laderas medias, hasta los 1.500 m, aparecen especies de hoja caduca, roble, abedul y haya, a veces interrumpidas por prados naturales. Entre los 1.500 y los 1 .800 m aparecen las coníferas de hoja perenne: pi rós (literalmente el pino rubio, pino silvestre), con frecuencia acompañado por abetos. En las cotas más elevadas, el pino silvestre es sustituido por el pivet (pino uncinata), que puede vivir en altitudes cercanas a los 2.500 m. Ya en la proximidad de las cumbres más altas crecen arbustos típicos alpinos: básicamente el martoll (mirtilo) y el naret (rododendro). Sin olvidar las flores características de estas alturas: grandalla (Narcisus poeticus), que ha sido adoptada como uno de los símbolos nacionales andorranos.
La antigua presencia de osos en el principado, hoy no es más que un recuerdo dentro de la tradición oral. Lo mismo puede decirse del lobo, aunque éste sí ha conseguido mantener su presencia (escasa). Otras es-pecies menos perseguidas son el zorro, el jabalí, el rebeco o sarrio (isard), un bóvido parecido a la cabra muy extendido en ambas márgenes del Pirineo. Tanto las ardillas como liebres y conejos ocupan el primer lugar en cuanto a número de representantes.
Las aves de rapiña, protegidas en sus inaccesibles nidos, no faltan en Andorra: halcones, buitres, milanos y águilas. Sin olvidar al grajo de los roquedos ni a los numerosos pajarillos de los bosques, entre los que destaca el cuco, la perdiz blanca (o nival) y el urogallo.
Los animales que tienen en el agua su hábitat natural: la nutria y algunos peces, barbos y truchas (comunes o asalmonadas).
LA POBLACIÓN ANDORRANA
En Andorra rige el ius gentis (derecho de linaje). Por fuero propio sólo son ciudadanos del país los hijos de padre andorrano o madre andorrana; de ahí que muchas personas nacidas en el Principat no posean su nacionalidad. Las condiciones para que los extranjeros obtengan la residencia en el país o, en su caso, la naturalización son bastante restrictivas aunque los ciudadanos de la Unión Europea tienen hoy día más posibilidades que los ciudadanos extracomunitarios. De cualquier modo, la ciudadanía andorrana puede ser obtenida mediante el matrimonio.
La principal población es Andorra La Vella, a la que sigue Escaldes-Engordany, y después Encamp, Sant Julia de Loria, La Massana, Canillo y Ordino.
ECONOMIA
Los andorranos dependieron, durante siglos, de una economía de subsistencia basada en la ganadería extensiva (su principal fuente de recursos alimenticios), una agricultura de carácter familiar (las condiciones orográficas impedían su expansión física y desarrollo comercial) y las explotaciones forestales (madera para la construcción, carboneo). Pese al estado de precariedad aparente, no hay noticias históricas de hambrunas en el Principat. En el siglo XVIII, con la introducción del tabaco, que iba a convertirse en poco menos que un monocultivo, se produce la primera revolución económica andorrana. A la larga daría origen a otra lucrativa actividad, el contrabando. Al mismo tiempo que se desarrollaba la industria tabaquera, aparecían los primeros polos industriales en Escaldes (textil) y Ordino (ferrerías), que pueden ser interpretados como un reflejo de lo que sucedía en Cataluña. Su relevancia económica no superó, en ningún momento, la dimensión de abastecedores del mercado interno del Principat.
Llegada la década de 1980, y sobre todo en los últimos años, las transformaciones económicas de la Europa Occidental (libre circulación de bienes, supresión de barreras arancelarias) han debilitado el atractivo comercial del Principat. Ante esta coyuntura, el turismo, tanto estival (orientado hacia la práctica de los deportes de aventura y de montaña) como invernal (en torno a la temporada de esquí) o termal, ha supuesto un nuevo revulsivo para las arcas del Estado andorrano. De todos modos hay una tercera fuente de ingresos que de un tiempo a esta parte promete engrosar las cuentas del país: los nuevos incentivos para la inversión financiera, que han convertido Andorra en un paraíso fiscal, libre de impuestos sobre las rentas y el patrimonio individuales. Esta circunstancia ha incrementado de modo espectacular el número de residentes extranjeros (entre ellos, destacados personajes del mundo del deporte y del espectáculo) que invierten sus capitales en el Principat.
GASTRONOMÍA
La gastronomía andorrana está incluida en el universo culinario catalán, aunque se ha visto enriquecida por las aportaciones francesas. Sus principales materias primas son los animales de caza, la ternera, el cerdo y la trucha.
VERDURAS, LEGUMBRES Y SETAS
La agricultura andorrana, tradicionalmente limitada a pequeñas explotaciones destinadas al consumo familiar, tiene un producto escaso en número pero de excelente calidad. Con dichos productos se elaboran platos como la sopa de verduras o el brou (caldo) de patata, col y garban-zos hervidos todos con el concurso de embutidos y carne. Sin olvidar ese plato emblemático de las cocinas catalana y andorrana que es la escudella, sustancioso potaje de legumbres.
Otro producto muy apreciado en la cocina andorrana es la seta, que en los valles del Principat conoce numerosas variedades. Se suele preparar en tortilla o formando parte de la guarnición en los platos de carnes asadas.
CARNES Y EMBUTIDOS
Los civets (guisos) de carne de sarrio, liebre y ardilla, muy influencia-dos por el recetario francés, son excelentes. Pueden citarse otras especialidades de la caza mayor o menor: pato con pera de invierno, conejo relleno a la cazuela, conejo estofado, asado de jabalí o de perdiz...
El cerdo forma parte igualmente de la cocina diaria: rostes amb mel (lonchas de jamón cocido con miel y vinagre) y los embutidos. Las costelles a la llosa, costillas de cordero que se fríen con manteca de cerdo y ajo sobre una losa calentada al fuego, es otro de los platos más populares. También deben citarse las patas de cordero rebozadas.
LA TRUCHA
El más típico de los peces fluviales andorranos es preparado de diversas maneras: cocido con ajo y pimienta; asado al horno con limón, tomate, lechuga, perejil, manteca, sal, pimienta y tocino; a la losa (untada con tocino rancio y ajos dorados), y a la pallaresa, con jamón, almendras, manteca, perejil, ajos, limón, sal, pimienta, aceite y queso.
FRUTAS
Se dice que el membrillo (en catalán, codony) tiene virtudes afrodisíacas. Pues bien: esta fruta aporta la base del allioli de codony, una salsa de membrillos cocidos con ajo y aceite. Muy común a las latitudes pirenaicas, la pera de invierno se emplea como complemento para guisos de pato; del mismo modo que los melocotones se añaden a los guisos de pollo.
POSTRES
Coca masegada: expresión andorrana de la coca, torta catalana por antonomasia. Pasta sin levadura a base de harina, azúcar, huevos, sal, moscatel y aguardiente.
Orejones: melocotón seco hervido en vino convenientemente azucarado.
Repostería: a este respecto, los buñuelos de cuaresma, los panellets (especie de bollos) y diversos turrones.
Quesos: hay varios típico andorranos, entre ellos el tupí (en aceite).
Colistre: calostro.
Una tradición genuinamente andorrana consiste en acompañar el postre, sobre todo la coca, con vino tinto hervido al que se le añaden limón, manzana, canela, pasas y coñac.
IDIOMA
El catalán es el idioma oficial de Andorra. Lengua romance emparentada con algunos dialectos de la llengua d'Oc de allende los Pirineos (lemosín y provenzal), su primer texto escrito conocido, las Homilies d'Organya, data del siglo XI. De todas formas, el castellano es hablado prácticamente por toda la población.