Buitrago del Lozoya; Es Buitrago la segunda localidad en importancia de la sierra Norte de Madrid, después de Torrelaguna. Su término se encuentra encajado entre la sierra de La Cabrera, al sureste, y la de Guadarrama, al noroeste. La bella estampa de su recinto amurallado está potenciada por las aguas del Lozoya, que ciñen la población situada entre los embalses de Puentes Viejas y Riosequilllo. Según el relato de Tito Livio, en el año 190 a.C., los romanos conquistaron un lugar llamado Litabrum que se identifica con Buitrago. Se pueden rastrear huellas árabes en los orígenes de la muralla y en la red de acequias del entorno. Pero Buitrago sale verdaderamente a Ia luz de la historia cuando Alfonso VI conquista a los musulmanes en 1083 o 1085. Este rey le concedió el derecho a repoblar el entorno, formando así Ia Tierra de Buitrago que, en 1368, pasaría a don Pedro González de Mendoza. El señorío de Buitrago se mantuvo, con sus servidumbres feudales, hasta el siglo XIX. Durante siglos se consolidó Buitrago como centro de una comarca que vivía del ganado y el comercio de la lana. La población desborda pronto los límites de la muralla y se expandió por los arrabales hacia el sur. Un hecho sobresaliente fue la fundación por don Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana, en la primera mitad del siglo XV, del Hospital de San Salvador, desaparecido en la Guerra Civil, y de la iglesia de Santa Maria del Castillo.
Durante el siglo XVI la población vivió una etapa de apogeo. No se conocen grandes cambios hasta la ocupación de la villa por las tropas napoleónicas, que en 1808 incendiaron el recinto amurallado. La Guerra Civil supuso también la parcial destrucción de la iglesia de Santa María del Castillo. En las últimas décadas se han construido los embalses del río Lozoya y Ia población ha crecido debido principalmente a la mejora de las comunicaciones con Madrid.
Elemento clave de Buitrago son las murallas que encierran el recinto medieval. La reconstrucción está permitiendo devolverles su fisonomía original. La iglesia de Santa María del Castillo se alza frente a la entrada de la muralla. Construida con piedra de sillería, mampostería y ladrillo, tiene elementos de distintas épocas. Así, su portada plateresca proviene del Hospital de San Salvador; la torre, airosa y de gran altura, es mudéjar con decoración en ladrillo, mientras la nave y el interior han sido rehechos en las últimas décadas. Una curiosa amalgama de estilos e ideas ha presidido la reconstrucción: el artesonado neomudéjar construido por alumnos de la escuela de Artes y Oficios; adornos en cerámica obra de un experto iraní; 26 iconos pintados por la artista búlgara Silvia Borisova: dos candelabros de siete brazos y la estrella de David. El único elemento antiguo es el artesonado mudéjar sobre el presbiterio, que fue del hospital de San Salvador.
Más allá del recinto amurallado, Buitrago es una población bien trazada que conserva algunas casas de interés. Entre ellas, varias edificaciones de la calle Real y de su paralela de la Fuente, y una curiosa casa con fachada revocada en esgrafiado en la plaza de Picasso.
Cabe destacar el belén viviente, que se representa durante las Navidades desde 1990: cientos de actores locales escenifican los episodios bíblicos, con fidelidad a los textos y recreaciones originales.
La ciudadela de Buitrago; Desde lo alto, el casco antiguo de Buitrago, declarado Conjunto Histórico-Artístico, parece Ia proa de un barco varado en el vértice del meandro.
Se puede recorrer buena parte de los 800 metros de su perímetro almenado y disfrutar de paseos de ronda como el de la Coracha, donde la defensa se adentra en el río. Las dimensiones de la muralla son, en la zona en que el Lozoya hace de foso natural, de un máximo de seis metros de altura y dos de espesor; en la parte más vulnerable, próxima a la plaza de la Constitución, tiene 41 menos nueve metros de altura y un espesor de más de tres. De sus torres, la más relevante, la del Reloj, en la entrada del recinto, tiene un pasadizo en forma de codo terminado en dos arcos, el exterior un bello ejemplar de ladrillo, de época califal y forma de herradura. Muy hermoso es el paseo de la barbacana, camino comprendido entre la muralla alta y la exterior, con el puente medieval del Arrabal a Ia vista.
En el interior del recinto se encuentra el castillo de los Mendoza, presumiblemente construido en los siglos XIV-XV sobre los restos de una alcazaba musulmana. Pronto perdería esta construcción de mampostería y ladrillo su función defensiva: sus cinco torres y su patio de armas pasarían a ser parte de un palacio que albergó a nobles y reyes. Hoy, el patio es empleado para actividades teatrales y conciertos.