Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido

El Parque Nacional. Constituye una unidad geográfica de primer orden. Domina su orografía el macizo de Monte Perdido, 3.348 m, siendo el mayor macizo montañoso calcáreo de Europa Occidental, con las cimas de las Tres Sorores o Treserols: Monte Perdido, Cilindro, y Pico de Añisclo- Soum de Ramond-, desde donde derivan a modo de brazos los valles de Ordesa, Añisclo, Escuaín y Pineta, cincelados por las aguas respectivas de los ríos Arazas, Bellós, Yaga y Cinca. La complicada historia geológica y morfológica, junto con un clima riguroso, han dado como resultado una elevada altitud y la presencia de escarpadas pendientes. El paisaje muestra grandes contrastes. En las zonas altas predomina la extrema aridez de los desiertos kársticos, donde el agua de lluvia y deshielo se filtra bajo el suelo a través de grietas y sumideros. Y en los valles, el agua está siempre presente saltando en forma de cascadas y barrancos cubiertos por una vegetación exuberante. La gran diversidad de ambientes y paisajes fue tiempo atrás ensalzada por ilustres personajes como Louis Ramond de Carbonnières, Soler i Santaló, Lucien Briet, Ricardo del Arco, Lucas Mallada, Franz Schrader, y muchos otros.

"Se recogen las aguas entre la Brecha de Rolando por un lado y Tobacor y La Catuarta por el otro, en un sinuoso torrente cercado en el verano por manchas de nieve y relleno totalmente por ésta en el invierno. Da origen al Ordesa, que desde su comienzo se encauza en arco de círculo, entre escarpas y tajos a pico, al entrar en tan formidable garganta y antes de llegar a la mitad de su curso se derrama en 5 cascadas en escalinata. Pasa de 300 m la altura de las escarpas, que a modo de cuchillos y murallones le sujetan por la izquierda, y todavía son más altos los tajos verticales de la orilla opuesta en Mondaruego, que se dibuja desde el Mediodía en fajas horizontales de diversos colores y es dominado por la Cárquera frente a la Brecha. Ocupan el valle de Ordesa espesos bosques de hayas, pinos y pinabetes sobre su fondo, que se aplana y ensancha hasta tener algunos centenares de metros, y llega a sitios donde justifica el apodo de Paraíso de los Pirineos con que algunos le designaron. Frente a Cotatuero, por muy habituado que uno se halle a contemplar grandezas de la naturaleza, no puede menos de quedar absorto de tanta belleza reunida en un solo punto. El río serpentea mansamente a través de las selvas frondosas, regando praderas cuajadas de florecillas; y por una canal ancha, entre Tobacor y Mondaruego, baja a su derecha la cascada de Cotatuero, terminación de un torrente que al pie de la Brecha y la Falsa Brecha, surca una extensa planicie, tal vez la tierra de pastos más elevada de los Pirineos"

Legislación

El 16 de agosto del año 1918, mediante un Real Decreto, el valle de Ordesa fue declarado Parque Nacional. Posteriormente quedó reclasificado en virtud de la Ley 52/1982, de 13 de julio, y pasó a denominarse Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, ampliando su superficie de 2.100 a 15.608 ha.

El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido está integrado en la Red de Parques Nacionales españoles. Asimismo, forma parte de la Reserva de la Biosfera "Ordesa-Viñamala" y, junto con los circos glaciares de la vertiente francesa de los Pirineos, ha sido consignado como Patrimonio Mundial por la Unesco. Su zona de influencia comprende los términos municipales de Torta, Broto, Fanlo, Tella-Sin, Puértolas y Bielsa.

El hombre y su influencia en el Parque y su entorno

Aspectos culturales. Alrededor del Parque Nacional, existe todo un "paisaje pirenaico humanizado". Los pueblos aparecen como un desafío a las fuerzas naturales que les rodean. Las casas muestran una arquitectura típica del Alto Aragón, con tejado de losas de arenisca, paredes de piedra, chimeneas troncocónicas coronadas por la piedra del "espantabrujas", y cocinas-hogares con cadieras, bancos de madera alrededor de un fuego central.

La mano del hombre ha ido modelando el paisaje, creando en las laderas, terrazas, bancales o fajas donde poder cultivar y recoger la· hierba, pequeñas presas para aprovechar la fuerza del agua, o mallatas (majadas pastoriles) para la pernocta del ganado y su pastor. Las gentes de la montaña han sabido organizarse para llegar a un equilibrio con el medio natural: mancomunidades, reglamentos, pacerías, tratados y pactos sobre el aprovechamiento ancestral de las estivas y puertos, métodos de caza... La vida silvestre depende del respeto por el entorno. Pueblos y gentes del Sobrarbe han mantenido hasta la fecha buena parte de sus modos de vida tradicionales, desarrollando las actividades cotidianas en armonía con el espacio que les rodea.

Festividades. Durante la primavera y el inicio del verano tiene lugar un gran número de romerías religiosas que, junto con las diversas festividades de la comarca, continúan conservando las viejas tradiciones, dando color al calendario de estos valles. Romerías singulares como la de San Úrbez, ferias de ganado, múltiples fiestas patronales de pueblos y aldeas, y celebraciones primitivas como los vistosos carnavales, con el de Bielsa a la cabeza, facilitan a sus gentes el olvido del trabajo por unos días, de la lejanía de los familiares, de los fríos amaneceres del invierno y el silencio de estas montañas.

La Flora y la Fauna

La flora. En el Parque Nacional encontramos un verdadero muestrario de plantas con más de 1.500 especies de la flora pirenaica. Ordesa y Monte Perdido podría ser definido como un gran jardín botánico de montaña donde conviven especies comunes, y no por ello menos bellas, con otras endémicas o exclusivas de estas montañas, como es el caso de la madreselva de los Pirineos, la corona de rey o la oreja de oso, especie relíctica de épocas tropicales que prospera en las húmedas fisuras de los roquedos calizos. Una innumerable variedad de especies crece por todos los rincones del Parque, en las altas cimas, entre las grietas de las rocas o a la sombra de los hayedos. Estas plantas florecen cuando la estación más adecuada y benigna presta su calor a la vida, a medida que la nieve se va fundiendo. Prímulas, gencianas, lirios, siemprevivas, saxífragas, potentillas, merenderas... son algunas de las más singulares. Los fondos de valle están tapizados generalmente por los bosques. El haya, el abeto blanco o el pino silvestre son especies dominantes, y su distribución depende de la orientación y características de cada valle. A la orilla de los ríos aparece la vegetación de ribera, amante de la humedad, con sauces, abedules, fresnos, etc. En el Cañón de Añisclo las encinas y las hayas se mezclan, mientras el pino silvestre o royo gana terrenos aprovechados antiguamente en el valle de Escuaín, y el pino negro emplea todas sus estrategias para sobrevivir en el límite de la vegetación arbórea. Al contrario que la actividad pastoral, el aprovechamiento forestal no se puede realizar en el Parque. Los botánicos han descrito 19 clases de vegetación que incluyen 36 órdenes, 51 alianzas y 75 asociaciones vegetales.

La fauna. Una amplia muestra de la fauna pirenaica, especialmente la ligada a los hábitats alpinos y subalpinos de la alta montaña, se halla presente en el Parque. Se han catalogado hasta el momento, un total de siete especies de anfibios, trece de reptiles, cuatro de peces, al menos ochenta aves nidificantes y más de cincuenta mamíferos.

El quebrantahuesos, rapaz osteófaga amenazada, cuenta con varias parejas reproductoras dentro del Parque. El águila real, la chova piquigualda y el buitre leonado son aves de costumbres rupícolas en un desafío permanente al vértigo.

En las aguas frías de ríos, arroyos e ibones de montaña viven las abundantes truchas, el endémico tritón de los Pirineos o el desmán. La rana pirenaica fue descrita como nueva especie en las inmediaciones del Parque en el año 1992. Marmotas y manadas de sarrios son mamíferos fáciles de observar en los altos pastizales subalpinos. El bucardo, subespecie endémica de cabra montés, encontró a principios del siglo XX en la umbría del valle de Ordesa su último refugio. En las zonas más altas tan sólo el gorrión alpino, el acentor alpino y el lagópodo alpino logran soportar las difíciles condiciones de estos medios boreales.

La Visita al Parque

Información General. Al Parque Nacional se puede acceder, a través de los pueblos de Torla (Ordesa), Escalona y Fanlo (Añisclo), Escuaín y Tella-Revilla (Escuaín) y Bielsa (Pineta). El Parque Nacional está abierto todo el año y la entrada es libre y gratuita. En el entorno del Parque hay una amplia oferta de alojamientos -hoteles, casas rurales, campings y albergues-. Centro de Visitantes. El Parque dispone de un Centro de Visitantes principal en la entrada al valle de Ordesa, "El Parador", a medio camino entre el puente de los Navarros y el aparcamiento de La Pradera. En el sector de Ordesa hay también un punto de información en Torla y Centro sensorial para disminuidos físicos, "Casa Oliván", un km antes del aparcamiento. Reserva de visitas, teléfono 974 48 64 72. En el sector de Escuaín hay un Centro de Visitantes en Tella. Existen otros puntos de información en Escalona (teléfono 974 50 51 31), Bielsa y Escuaín.

Gobierno de Aragón.

 

Características principales del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido

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