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Detalles de la actividad

Pinar de Casasola - Embalse del Villar

Cuenca del Lozoya; Cerca de la cumbre de Peñalara, el  roquedo más mítico de Guadarrama, nace el río Angostura -de expresivo nombre-, que dará lugar al Lozoya. Si su nacimiento está encajonado entre rocas graníticas, en su discurrir va abriéndose paso de forma suave por el amplio valle al que da nombre y que constituye una de las unidades paisajísticas más cotizadas del norte de la Comunidad de Madrid. El Lozoya es el río más importante del territorio norte madrileño, el que tiene un mayor recorrido y también el más generoso. De sus aguas, embalsadas en buena parte de su cauce, bebe y se asea la mayoría de los madrileños. En su curso alto dibuja una estampa de paisajes de montaña, praderas y bosques de ribera que alfombran de verde el territorio y los pueblos del valle del Lozoya. Hacia el noroeste, donde se localiza el valle medio, los contornos se vuelven más abruptos y los pueblos juegan al escondite entre las estribaciones de Somosierra. La sierra del Rincón, al noreste, gana altura a medida que se acerca al límite de Madrid con la vecina provincia de Guadalajara. Sus núcleos de población, aislados por la naturaleza, reúnen conjuntos, como La Hiruela, que se cuentan entre los mejores de arquitectura popular de la sierra Norte de Madrid, y los arroyos que surgen de ella enriquecen el cauce del Lozoya. Es en el valle bajo donde el río aparece ya claramente domesticado. Sus fieras caídas iniciales se transforman aquí en enormes lagos artificiales que, con el tiempo, se han integrado plenamente en el medio y constituyen hoy un elemento irrenunciable del paisaje.

Berzosa del Lozoya; Situado a media ladera, Berzosa ocupa el centro de un término de magníficos paisajes. Su relieve alcanza las mayores alturas en el límite oriental y va descendiendo hasta el embalse de El Villar, en el oeste. El entorno es verde y frondoso, con hermosos bosques de robles y pinos y junto a los arroyos y los cursos de agua subterráneos, árboles de ribera.

De su historia medieval se sabe que perteneció desde el siglo XIV al señorío de Buitrago, propiedad de los duques del Infantado, y sus montes aparecen descritos en el Libro de la Montería de Alfonso XI como Iugares de caza de la corte. La localidad era aún muy pequeña a finales del siglo XVII: el censo de 1670 registra únicamente 18 vecinos. Cereales, hortalizas y legumbres constituyeron durante siglos el grueso de su producción agrícola; la ganadería, más importante, se centraba en ovejas y cabras.

La mayoría de las construcciones recientes son respetuosas con el medio rural en que están enclavadas. Es Berzosa un pueblo dinámico y bien cuidado; en él se instalaron hace algunos años, atraídos por las ventajas que ofrecía el Ayuntamiento, un grupo de artesanos de diversos oficios.

La plaza de la Iglesia es un lugar arbolado, sobre una pequeña elevación del terreno. Junto a ella se emplaza el ayuntamiento. La iglesia de la Asunción muestra una restauración reciente que se suma a la reconstrucción realizada tras lo daños sufridos en la Guerra Civil. El edificio es de mampostería excepto la espadaña, de ladrillo, y en el interior el color oscuro de la madera del coro y de la techumbre destaca sobre el blanco de la cal de las paredes. Data del siglo XVII.

Berzosa cuenta con un potro de herrar, vestigio de su pasado ganadero. Esta instalación, hecha de bloques de piedra y tirantes de hierro, permitía inmovilizar a los animales para poner herraduras en sus cascos.

Embalse de El Villar;  La presa de El Villar, situada a caballo de los términos municipales de Puentes Viejas y Robledillo de la Jara, está rodeada de una cierta aureola. Para empezar, fue Ia primera que entró en funcionamiento de Ias construidas por el Canal de Isabel ll, fue también la primera presa abovedada que se construyó en Europa. Su emplazamiento, junto a una profunda garganta labrada por el río Lozoya, añade espectacularidad a la obra. La construcción de la presa fue aprobada en julio de 1869 y las obras comenzaron pocos meses después. Su director técnico, Elzeario Boix, era un admirador de las últimas presas construidas en Europa, en particular en Francia. Pero la de El  Villar, planteada en forma curva para amortiguar así las presiones laterales, supuso una revolución técnica en su momento. Los materiales de su construcción fueron mampostería y hormigón de cemento de Zumaya, revestidos de sillarejo y con remates de sillería. La presa de El Villar entró en funcionamiento en un tiempo récord, en 1873. aunque algunas obras de desagües, túneles y compuertas se prolongarían hasta 1882. Las aguas del embalse se encuentran en terrenos de los municipios de Puentes Viejas, Berzosa del Lozoya y Robledillo de la Jara.

La presa, de las llamadas de gravedad y de planta curva, tiene 50 metros, una longitud de 107 metros en la parte más alta y un espesor en la misma de cinco. La capacidad de almacenamiento del embalse es de 22 hm3 y la superficie máxima que ocupa el agua embalsada es de 144 hectáreas, con 20 kilómetros  de riberas.

Robledillo de la Jara;  A poca distancia de los embalses de El Atazar y El Villar es Robledillo una población risueña y bien cuidada que sin perder su tranquilidad rural tiene una interesante vitalidad. El municipio. recorrido por una cadena montañosa, cuenta con valles estrechos por los que discurren varios arroyos, laderas soleadas que bajan hasta el río Lozoya y lomas suaves cubiertas de jaras. A estas flores que alfombran de blanco los campos en primavera y a los robledales que antiguamente cubrían el territorio hace referencia su topónimo. Los restos de un núcleo llamado El Villar, en las proximidades del embalse al que da nombre, hacen pensar en la posible presencia romana. La fundación de Robledillo es, sin embargo, contemporánea a la de otras localidades del entorno, fruto de la repoblación de las tierras conquistadas a los musulmanes por Alfonso VI, a finales del siglo XI. El destino de sus pobladores estuvo ligado al señorío de Buitrago y al poderoso ducado del Infantado hasta comienzos del siglo XIX. La iglesia de San Pedro, el ayuntamiento y la Taberna Museo son focos de interés de Robledillo. El templo de origen probable en el siglo XVI, fue reconstruido en 1893 y presenta un inusual juego de piedra y ladrillo en su fachada y espadaña. El ayuntamiento, un edificio de 1991, integra sus líneas modernas en el conjunto.

 

 

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Ruta circular de Nivel: Básico+
Actividad de Senderismo: Distancia 15 kilómetros; Desnivel: 320 metros