La Sierra, también conocida como la Serranía, se sitúa en el tercio noreste de la provincia de Cuenca.
En ella se encuentra el nudo hidrográfico más importante de la península Ibérica, en el que nacen los nos Tajo, Júcar, Guadiana y Turia.
Una orografía compleja y abrupta en algunas zonas, hace de estos parajes un lugar de itinerarios sorprendentes, sobre todo por su contraste con otras zonas de la provincia, como las manchegas.
La población se distribuye en pequeños núcleos, en su mayoría surgidos de la repoblación posterior a la conquista de Cuenca, a finales del s. XII y principios del s. XIII. Destaca por su importancia actual, pero también por tener un pasado histórico de relevancia, la localidad de Beteta, junto a Cañamares, Cañizares, el Puente de Vadillos y el Balneario de Solán de Cabras, que constituyen un interesante recorrido turístico de naturaleza y balnearioterapia.
La gran masa forestal de la zona, junto con los caprichosos paisajes que han modelado los ríos Júcar, Guadiela, Escabas y Cuervo, dan lugar a uno de los parajes más bellos de la Península.
El nacimiento del rio Cuervo, es uno de los lugares con más encanto de la provincia.
La Serranía nos regala unas vistas extraordinarias, con una naturaleza exuberante y unos pueblos blancos y acogedores.
La existencia de algunas grutas de gran interés propicia la visita de los aficionados a la espeleología.
El senderismo es, sin duda, una de las actividades que más éxito tienen en un área como ésta, con la naturaleza como protagonista.
El patrimonio artístico está aquí representado por un conjunto de pequeñas iglesias construidas durante los siglos XII y XIII, localizadas en pequeños núcleos de población.
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RECOMENDACIONES Y CONSEJOS
A tener en cuenta en la Montaña
*Sábado día 8; Las Majadas: Ruta de las Fuentecillas y Los Callejones.
Sin tanta profusión de formas como la Ciudad Encantada, y sin duda de menor fama, los Callejones de las Majadas son otro magnífico ejemplo del modelado kárstico.
Se trata de un conjunto de formas asociadas al borde de una ceja que, con forma de "C", alcanza una longitud de 4,5 km por una anchura aproximada de 200m. En esta banda afloran rocas calcáreas del Cretácico Superior (Turolense), fuertemente erosionadas, lo que determina un paisaje similar al de la Ciudad Encantada, aunque con una notable diferencia, ya que en los Callejones no existe coincidencia entre el buzamiento de los estratos (dirección SE) y la pendiente topográfica (dirección SO). Esta contradicción provoca que la incisión erosiva en profundidad se vea limitada a un recorrido que rara vez supera los 200 m de anchura, mientras que longitudinalmente se hace muy acusada.
El nombre de los callejones lo recibe por ser ésta la forma erosiva más repetitiva y llamativa, a modo de grandes pasillos labrados en la roca, que la dan un aspecto agreste y compartimentado.
Otras formas muy comunes son los tormos, semejando grandes setas pétreas, lapiaces, cuevas y también simas. No obstante, se aprecia un paisaje muy antropizado al haber aprovechado el hombre cavidades como establos (tinada ) y refugios para el ganado, algunos de gran originalidad.
La importancia de la cubierta vegetal, no tanto la de porte arbóreo o arbustivo, representada en su mayoría por pinares, algunos quejigo , sabinas, enebros, majuelos y boj, sino la rica y variada vegetación que se asienta directamente sobre las rocas, aprovechando grieta y fisuras: avellano, tejo, acebos, helechos, etc.
Senderismo Nivel: Básico Distancia 12 kms; Desnivel: 250m.
*Domingo día 9; Nacimiento del Río Cuervo.
El naciente río Cuervo se constituye como el enclave más representativo de toda la serranía conquense. La espectacularidad de sus cascadas, la belleza del entorno.
Se encuentra cobijado en un anfiteatro natural sobre la falda occidental de la Muela de San Felipe. A 1.490 metros de altitud. La forma semicircular del paraje en el que se ubica es conocida con el nombre de "El Rincón", razón esta que hace que nuestro enclave sea también denominado como "El Rincón del río Cuervo", sugestivo título para un marco incomparable.
La principal característica de las caídas de agua del Cuervo es la presencia de barreras tobáceas, rocas calizas que parecen colgarse a modo de estalagtitas del techo de la cascada y que quedan recubiertas por verdosos mantos de musgo. Asimismo, en el fondo del salto también se depositan estas tobas, que van creciendo con el tiempo como si fueran rocas vivas. Ello es debido a procesos de transformación del bicarbonato cálcico, soluble en el agua, en forma de caliza compacta, la típica roca que contemplamos. Con el paso del tiempo, las tobas que cuelgan de las caídas caerán por su propio peso, alterándose el curso de los numerosos hilos de agua que allí fluyen.
Proseguiremos la ruta por el "Sendero del Pinar" en el que descubriremos un pinar silvestre, a través del cual llegaremos al Mirador del Rincón del Cuervo, donde disfrutaremos de unas sorprendentes panorámicas de toda la zona del Monumento Natural Nacimiento del Río Cuervo.
Senderismo Nivel: Básico+ Distancia 14 kms; Desnivel: 280m.
* La programación descrita, está sujeta a modificaciones por cambios meteorológicos, logística, seguridad de grupo, lo cual será informado por el guía.