En su avance desde la costa mediterránea, aguas arriba del río Ebro, los invasores romanos encontraron a los iberos en su estado de mestizaje étnico y cultural, ya que otros pueblos celtas de origen centroeuropeo se habían mezclado con la población aborigen ibérica, dando lugar a las tribus celtíberas, ubicadas en el espacio mesetario a caballo del Sistema Ibérico y con una organización social jerarquizada y completa. La arqueología ha confirmado que compartían una lengua propia, de origen celta, y que realizaban ritos funerarios similares al de la incineración, pero también se sabe que no eran un grupo étnicamente homogéneo sino una amalgama de diferentes tribus – muchas veces enfrentadas entre sí- que solo encontraron un nexo de unión en la resistencia frente al común enemigo romano.
La provincia de Soria está estrechamente ligada a la épica y cultura celtibérica, como lo demuestran los abundantes restos encontrados de poblados estables fortificados y situados estratégicamente, convertidos algunos en urbes a partir de la definitiva conquista romana (siglo II a.C.). Los más relevantes son los de Numancia, Tiermes y Uxama, en los que tuvieron un papel destacado los arévacos, la tribu más poderosa de los celtíberos, quienes llegaron hasta La Rioja Baja para fundar allí Contrebia Leucade, citada por Tito Livio ya en el año 180 a.C. con motivo de la campaña de Graco contra los celtíberos.
NUMANCIA
Situada a pocos kilómetros de la ciudad de Soria, bajo un puente se unen el río Duero, que viene del Urbión y Los Pinares, y el Tera, que desciende de La Cebollera y el Valle. En la Muela que domina la junta de los ríos, y en cuya ladera se cobija el pueblo, se encuentran las ruinas de Numancia.
En 1853 se fijó definitivamente en este punto donde el Duero se cruza con la calzada de Asturica Caesar Augusta la morada de los heroicos numantinos, quienes derrotaron a ocho cónsules en veinte años. De la antigua ciudad celtíbera y después romana, duramente asediada y reducida a cenizas por Escipión Emiliano en el año 133 a.C., se conservan tramos de murallas y restos de las viviendas romanas, así como huellas de diversas construcciones públicas. Paseando por las ruinas, convenientemente habilitadas para la su visita, admiraremos de cerca el grado de urbanización de los numantinos, con calles empedradas y pasos entre ellas, una casa celtíbera y otra romana reconstruidas con bastante precisión, así como varios aljibes utilizados para recoger agua y molinos de piedra para moler cereal.
Vamos a disfrutar de la historia de Numancia a través de una visita con la recreación de las culturas romana y celtíbera.
Almazán, Capital de la comarca soriana del mismo nombre, bañada por el Duero. Su topónimo proviene de Al-mahsan, nombre árabe que significa fortaleza, pues tal era su condición durante la Reconquista. Fue cuna de Diego Laínez (colaborador de Ignacio de Loyola) y última morada de Tirso de Molina. En la Plaza Mayor se encuentra el Ayuntamiento, la iglesia de San Miguel (s. XII) y el palacio de los condes de Altamira (s. XV), con portada renacentista.
Visita guiada e interpretada al Yacimiento Arqueológico de Numancia
Visitas en Almazán, Exposición y Centro de visitantes e Iglesia de San Miguel.
Posterior visita libre a la Villa de Almazán.