La sierra de San Vicente, mirador natural de la sierra de Gredos está poblada de gran variedad de árboles que en esta época del año adquieren el color característico del otoño, vistiendo al paisaje de tonalidades ocres, amarillas, anaranjados, . . que combinan con la frondosidad de los castaños, muchos de ellos centenarios que en esta época del año nos ofrecen sus frutos creando una situación ideal para caminar entre ellos y disfrutar de las impresionantes vistas del valle del Tiétar y de la sierra de Gredos.
En el recorrido pasaremos cerca del Convento del Piélago, construido en el siglo XVII hoy en ruinas.
El Real de San Vicente. La estratégica ubicación de la población destaca a partir del momento en que se contempla desde las cumbres de la sierra. Alrededor de la iglesia parroquial de Santa Catalina, construida entre los siglos XVII y XVIII con elementos renacentistas y barrocos, se apiñan un montón de manzanas de calles irregulares que se han extendido a duras penas en la ladera del cerro Cabeza del Oso, donde se han descubierto los restos de un antiguo castro celta. El conjunto del pueblo es una resplandeciente estampa de casas de pizarra y sillería, impecablemente blanqueadas, con las esquinas redondeadas para ganar un poco de espacio a unas calles estrechas, empinadas y retorcidas.
Ruinas del castillo situadas en el cerro de San Vicente. Desde donde divisaremos Hinojosa de San Vicente, campamento de El Piélago y Navamorcuende en un primer plano, para según alejamos la vista encontrarnos con Castillo de Bayuela, Marrupe, Sotillo de las Palomas… y muchos otros.
El castillo de San Vicente se encuentra en la cima meridional del cerro de San Vicente (1.321 metros), en el término municipal de Hinojosa se San Vicente. De difícil atribución hay quien lo hace a la Orden del temple, perteneciendo las ruinas del castillo a una abadía toledana, pudiendo ser la antigua abadía de Canónigos Regulares.