Los restos del yacimiento arqueológico conocido como la ciudad de Vascos, corresponden a una antigua ciudad hispanomusulmana actualmente despoblada. Se encuentra localizada en la provincia de Toledo, en su parte oeste, muy próxima al límite de la provincia de Cáceres, en el término municipal de Navalmoralejo.
Ubicada en un lugar apartado, que la ha mantenido alejada de las principales vías de comunicación que discurrían por la zona –lo cual, en gran medida, ha contribuido a que el lugar no haya sido expoliado de una manera intensiva–, ha conservado en bastante buen estado un importante conjunto arquitectónico (muralla, alcazaba, etc.), único en su género, que fue declarado monumento histórico-artístico en el año 1931, por lo que en la actualidad tiene la condición de BIC (Bien de Interés Cultural).
Como la mayoría de las ciudades fundadas por los musulmanes, se encuentra enclavada en una zona de difícil acceso, asentada en un terreno de granitos hercinianos, y rodeada por el profundo y escarpado cauce del río Huso en su parte norte y este, que le sirve de defensa natural. Por su lado oeste desciende un pequeño valle por el cual corre, en años húmedos, el arroyo llamado de la Mora o de los Baños. La parte sur, por la que actualmente se accede al yacimiento, es la que se abre a un espacio más llano.
Los vestigios mejor conservados, son aquellos que constituyen los elementos defensivos y militares de la ciudad: la sólida muralla que la circunda y el complejo de la alcazaba. Extramuros existen un arrabal y dos cementerios.
El trazado de la muralla de Vascos, que se adapta al terreno bordeando los lugares más escarpados, presenta una forma ligeramente ovalada, con una dirección norte-sur, y delimita un espacio interior –la madina– de unas ocho hectáreas de extensión, en el que se pueden observar, en superficie, los restos de algunas construcciones.
La muralla tiene una anchura media de 1,5 m y se encuentra bastante bien conservada, sobre todo en los sectores oeste y sur y parte del este. Se asienta directamente sobre la roca, sin ningún tipo de cimentación, y solamente presenta, en algunos tramos, pequeños escalones de reforzamiento o zarpas en la base. Al exterior, con una distancia de separación muy desigual –debido a la topografía del terreno–, tiene varios torreones de planta cuadrada.
En cuanto al nombre originario de Vascos, la tendencia más generalizada entre algunos arabistas, desde que don Félix Hernández lo señalara por primera vez, es a identificar este enclave –a pesar de la acusada diferencia lingüística de ambos nombres– con la ciudad de Nafza, principal centro de asentamiento de la tribu bereber del mismo nombre a la que ya nos hemos referido por su actitud levantisca frente a los Omeyas.
En un texto de Ibn Galib que publicó Joaquín Vallvé se señala que, la cercana ciudad de Talavera (de la Reina) tenía tres distritos, uno de los cuales era el de Basak, que, por la semejanza del nombre, se tiende a identificar con Vascos. De ser esto cierto, lo cual es muy factible dada la proximidad de Vascos a Talavera, tendríamos la primera referencia documental sobre Vascos, aunque no como ciudad sino como distrito de otra; no obstante, cabe suponer que el distrito llevaría el mismo nombre que la ciudad.
De ser así, habría, por tanto, que desechar su identificación con Nafza. No obstante, de cara a conjugar ambos topónimos, cabría establecer la siguiente hipótesis: el nombre de la ciudad fue Nafza y el del distrito Vascos (Basak). Una vez que se despobló la ciudad, su nombre originario cayó en desuso hasta el extremo que se olvidó, pero no así el de su territorio que terminó por quedar vinculado a la ciudad abandonada, a la que terminaría por dar su nombre actual. Sería deseable que, en el futuro, algún hallazgo epigráfico nos pudiese aporte algún dato definitivo para resolver este dilema.
Yacimiento Arqueológico Dolmen de Azután;
En el término municipal de Azután, se encuentra este enigmático monumento característico del Neolítico y Calcolítico. El dolmen ha sido siempre objeto de estudio y curiosidad ya que a pesar de tener un claro origen funerario se ha investigado como hito señalizador del territorio y como elemento de refuerzo de la identidad del clan.
Esta joya prehistórica, en las inmediaciones de la cuenca del río Tajo, entre los arroyos Linares y la Anguilucha, su antigüedad según sus estudiosos y gracias al Carbono-14, se cree que es de hace unos 6.500 años. Fue utilizado entre la época neolítica y calcolítica, en la edad del cobre, llegando sus funciones hasta el tercer milenio antes de Cristo, precisamente como depósito de restos mortuorios de muchas generaciones, encontrándose al lado de poblados de gentes de aquellas épocas, que debieron tener dicho lugar como sagrado, ya que en anteriores visitas he comprobado que las fuerzas telúricas dentro del túmulo son muy potentes, pues los parámetros medidores, así lo indican.
Su orientación, es hacia el Levante con respecto a su acceso, por donde se entraba a guardar los restos de los muertos, posiblemente para dar luz con el sol naciente en la alborada al interior del túmulo en aquellas épocas pretéritas y según el movimiento de la eclíptica, restos que debían ir al encuentro hacia el Poniente con el sol del atardecer, para distinguir los ortos estelares y esperar la nueva vida futura.
Si es sorprendente el dolmen por el día, por la noche, estudiadas sus piedras según la astroarqueometría, tienen correspondencia con ciertas estrellas y constelaciones de las épocas en que fue construido según su acimut. Hacia el Este nocturno, frente a la puerta del hito se observa al comienzo del verano la constelación del Pastor, con su famoso Arturus, guía para los antiguos y protector de los peligros, que pudieran acechar a los que atraviesan el viaje de la muerte, como en este caso. Lo que nos hace comprender que esta construido este dolmen de una manera mágico- religiosa, al igual que los más parecidos a él en otras zonas de la península ibérica.
Grupo de senderismo Nivel: Básico
Distancia 6 kms; Desnivel: 120 metros