Actividad de senderismo en otoño a la dehesa bonita, abedular de Somosierra en la umbría de la Cebollera Nueva y con la humedad que le entrega los arroyos que la atraviesan. En este nuevo viaje de senderismo contemplaremos diversidad de árboles como robles albares, abedules, mostajos, acebos, avellanos..
Dentro de las excursiones de senderismo que se programan, esta es de nivel básico, pero no por ello menos espectacular en su recorrido. Nos sorprenderá la densidad de la misma y la tranquilidad que se respira en la misma.
En el camino que transcurre tapizada por un tupido manto de hojas contemplaremos la luz matizada por la vegetación y los contrastes de color que harán las delicias de esta excursión de senderismo.
Fuera del propio bosque, transitaremos por magnificos caminos que nos darán unas vistas llamativas.
No esperes a ver las fotografías y participa.
Somosierra
La población y su término municipal ocupan una estratégica posición. Situado en el extremo norte, Somosierra es el núcleo más alto de la Comunidad de Madrid. Su territorio limita con las provincias de Guadalajara y Segovia – la cumbre de Cebollera Vieja está en la intersección de las tres provincias-, y su puerto era paso obligado para los desplazamientos entre las submesetas sur y norte por el antiguo Camino Real de Francia. Aunque casi nada se sabe de su prehistoria, algunos restos de la Edad de Bronce indican que hubo poblamiento en aquella época; también la ocuparon los árabes, que bautizaron el lugar como Fayy Tariq.
A partir de 1083, con los avances de Alfonso VI, pasó a manos cristianas, y en el siglo XIII se inició su repoblación, incentivada con exenciones de impuestos para los que se trasladaran a Somosierra.
Resultaba importante que estuviera habitado para mayor protección del lugar y seguridad de los viajeros.
Con el tiempo, Somosierra ha mantenido su papel de parada y fonda y sigue contando con una buena oferta hostelera. Pero sus habitantes tradicionalmente han vivido también de la explotación de los bosques, para la construcción y la fabricación de carbón de leña, y del pastoreo.
La población, crecida al oeste de la carretera, -sufrió un grave incendio en 1737. Se salvó de la quema la ermita de la Soledad, situada en lo alto del puerto. Una placa y varias inscripciones en sus muros recuerdan la batalla librada en 1808 contra el ejército de Napoleón, en la que resultó arruinada la iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, de 1703, que fue reconstruida pocos años después. Tras la Guerra Civil, que tuvo en Somosierra uno de sus frentes más disputados, fue rehecha de nuevo en 1943, añadiéndosele un chapitel y tejados de pizarra, de moda en la posguerra frente a la tradicional teja árabe. Entre los rincones a destacar en la población se encuentran la fuente de piedra de 1788, que ocupa un buen mirador hacia la montaña, y algunas viviendas tradicionales de la cal le Real y su paralela de la Fuente.
Aunque pequeño, el territorio de Somosierra ofrece una gran riqueza natural. Para empezar, las vistas sobre las dos vertientes - madrileña y segoviana- que se obtienen desde lo alto del puerto; la llanura castellana se ofrece en todo su esplendor desde la peña del Zorrullo, al noroeste del pueblo, tomando el camino de la escuela de vuelo sin motor; finalmente, y para los más esforzados, las mejores panorámicas las brinda el ascenso a la cumbre de la peña Cebollera Vieja (2.129 m). Los robles melojos, restos de los hermosos robledales que hubo en su tiempo, cubren buena parte ele las zonas medias. Los altos se reparten entre los pinos de repoblación y los pastizales y yermos consecuencia de la desertización y los incendios. Especial interés ofrecen los abedulares. Zorros, corzos y jabalíes, restos de una abundante fauna, se ocultan entre los bosques.
El abedular de Somosierra
En este septentrional término municipal se encuentra el mejor abedular de la Comunidad de Madrid. El abedul, árbol de hoja caduca con tronco y ramas blanquecinos, es característico de Europa septentrional y central, y abunda también en Canadá.
Su medio preferido son las zonas húmedas, pero puede crecer en suelos arenosos y pobres llegando hasta una altura de 30 metros. Aunque no es difícil encontrar en nuestras latitudes ejemplares de este hermoso árbol, su concentración formando bosques densos, como el del término de Somosierra, resulta más sorprendente. En este lugar convive un melojar y más adelante un hermoso robledal. En el valle, cerrado y húmedo, crece el abedular de Somosierra, con ejemplares de inusitada altura, que va ganando en densidad a medida que se asciende, y se acompaña de hermosos avellanos en las zonas de ribera.
Horcajuelo de la Sierra
En el extremo occidental de la sierra del Rincón, declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco, es Horcajuelo un pueblo con hermosas vistas, rodeado de montes verdes. Su origen se data hacia 1275, como consecuencia de la repoblación tardía llevada a cabo vatios siglos después de la expulsión de los musulmanes de la zona.
Sus habitantes, dedicados al pastoreo, dependieron durante centurias de la villa de Buitrago, y parte de sus tierras intrincadas y frondosas, habitadas en tiempos por los osos, fueron territorio de caza para la nobleza. Se conservan ordenanzas del siglo XVI que protegen el acebo que crecía en los montes de Horcajuelo y documentos que informan sobre su riqueza en árboles frutales y nogales, que en buena medida fueron explotados como madera para la construcción y la combustión. Pastos para el ganado cubrían el resto del territorio.
El vestigio más antiguo que se conserva es la espléndida iglesia de San Nicolás de Bari: la capilla gótica con bóveda de crucería data el siglo xv, aunque el resto de la construcción es del XVII. La espadaña, con balconcillo exterior de acceso a las campanas, remata el templo, al que se entra por un pórtico con arco mudéjar de ladrillo. En el interior se guardan una pila bautismal medieval, un buen retablo barroco y, en la capilla, una escultura de la Piedad (siglos XVIII).
No sólo por su situación, también por su trazado y su magnífica conservación, es Horcajuelo una población a recorrer y disfrutar. La iglesia está en el centro, en el punto más elevado; en su entorno se despliegan las calles principales y un dédalo de callejas, en una disposición tan laberíntica como atractiva. Los árboles surgen en cada rincón y asoman entre las huertas. Llama la atención la conservación de la arquitectura popular y el tono oscuro del conjunto, propio de los materiales con que está construido el caserío. Hay una gran armonía entre las buenas muestras de arquitectura tradicional-casas de piedra y mampostería de pizarra y roja teja árabe- y las nuevas construcciones. Se percibe asimismo el esfuerzo realizado por rehabilitar edificaciones, como la fragua o la que alberga hoy el Museo Etnológico, una antigua vivienda en la calle de la Fuente, de fachada casi circular y con sus muros sin apenas vanos para protegerse del frío invernal.
Grupo de senderismo sierra de Madrid
Ruta de Senderismo: Distancia 14 kilómetros; Desnivel: +350 metros , -610 metros.