La Piedra Escrita es un monumento civil, de origen supuestamente romano, siglo II, que consiste en una gran roca de granito de 7 metros de altura y 9 metros de circunferencia. Es en Piedra Escrita donde algunos documentos sitúan los orígenes de Cenicientos.
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Según información de los lugareños, en tiempos pasados esta roca tuvo alrededor un circulo de piedras que hoy están desperdigadas por el entorno, pudiendo encontrarse en sus cercanías de 12 a 20 tumbas antropomórficas excavadas en la roca de difícil datación por lo que se cree de la posible existencia de un poblado prerromano o quizá celta que sería anterior a la escultura.
El monumento en cuestión se trata de un monolito natural de granito de sensible forma trapezoidal, de unos 5 m. de altura por casi 4 de ancho, en cuya cara este, se labró una hornacina vertical de más de dos metros de altura, más de uno de ancho, y unos 20 cm de profundidad media, dividida en tres partes o paños horizontales, entre las que destaca el paño central por su mayor extensión y por los relieves que ostenta que, según la doctora Alicia Mª Canto (Arqueóloga y epigrafísta, nombrada en 2011 académica de la Real Academia de la Historia), resumidamente, podrían representar: la figura de la izquierda (una mujer), a una diosa o sacerdotisa; y las dos de la derecha, a un matrimonio (mujer a la izquierda y hombre a la derecha) realizando un ofrecimiento o sacrificio ante la anterior la cual, a su vez, realiza una libación. Entre la figura de la izquierda y las dos de la derecha podría encontrarse un ara.
En el paño inferior de la hornacina existen lo que parecen ser dos relieves, al parecer retocados o atacados por un líquido corrosivo, quizás por motivos religiosos, que, según la doctora Canto, podrían tratarse de una vaca o buey echada en el suelo, el de mayor bulto situado al lado derecho; y de una pequeña ternera o mejor, de una cabra, de frente, con cuernecillos rectos, el del lado izquierdo; relieves que vendrían a tener lógica relación con el relieve superior ya que podrían ser o bien los animales ofrendados en el sacrificio arriba descrito, o bien animales representativos de la divinidad, o ambas cosas. Pero la situación, a mi juicio, no está cerrada pues podrían ser cualquier otra cosa relacionada en el asunto.
El tercio superior redondeado, de menor extensión y profundidad que los otros, tiene el solo objeto de rematar y adornar la hornacina sagrada.
A la altura de la base de la hornacina sagrada, del lado izquierdo, se encuentra una inscripción de 68x21 cm dividida en dos líneas de texto, retocada seguramente más de una vez e incluso pintada para que se pueda leer “A LAS TRES MARÍAS”, suposición verdaderamente absurda, originada seguramente por el torpe deseo de dar sentido cristiano a un monumento sagrado de origen pagano. En tal sentido la doctora Canto opina que se trata de una inscripción romana retocada en época medieval o moderna con trazos menos profundos situada, como es corriente, junto a relieves a unos de sus lados para que, “en consonancia con la aparente representación de tres mujeres vestidas de largo, se leyera "A las tres / Marías" (del Nuevo Testamento”. Según la doctora Canto la traducción original romana cree que sería: A(nimo) l(ibens) s(olvit votum?) • Sisc(inius?) Q(...?) Dîanae (con la I inscrita dentro de la D “Sisc(inio?) Q(...?) (consagró este monumento) a Diana, cumpliendo con agrado su promesa.” Considerando los elementos arqueológicos, epigráficos y antroponímicos, opina la doctora Canto, que el monumento es de época romana y que debe estar dentro del siglo II d.C.
Es decir, que muy probablemente el monumento en cuestión es un exvoto (altar, santuario, aunque ciertamente original) a la Diosa Diana dedicado por un devoto potentado. Hermana de Apolo el propio Júpiter armó a Diana con arco y flechas y la hizo reina de los bosques. Diana fue considerada con gran reverencia por los ciudadanos de clase inferior y los esclavos, pudiendo éstos recibir asilo en sus templos.