En esta ocasión nos desplazaremos a las Hoces septentrionales para recorrer en canoa parte del río Duratón, afluente del Duero. En esta época del año, además de poder disfrutar de un refrescantes baño en sus aguas, podremos observar a los buitres leonados y sus crías, alimoches y águilas reales entre las paredes del cañón mientras recorremos las tranquilas aguas.
No podremos dejar escapar a nuestra mirada el conjunto de ruinas y monumentos históricos, tales como la ermita de Los San Martínes o el convento de Los San Pedros, ambos del siglo XII, así como los restos de una antigua fortaleza.
Las Hoces del Río Duratón: El parque ocupa una superficie de 5.037 hectáreas que se extiende en terrenos de los municipios de Sepúlveda, Sebúlcor y Carrascal del Río, todos de la provincia de Segovia.
Este paraje, constituido por el curso medio del Duratón, fue declarado Parque natural el 27 de junio de 1989 por las Cortes de Castilla y León, integrándose con los espacios protegidos de esa comunidad, declaración hecha en atención a la importancia de sus ecosistemas naturales y valores paisajísticos. La colonia de buitres leonados establecida en el área protegida está considerada como la mayor de Europa, tanto por su número, 575 parejas censadas en el año 2003, como por su nivel reproductivo. Esta colonia se ha convertido en uno de los principales atractivos del parque.
Las hoces del río Duratón fueron clasificadas como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) quedando integradas en la Red Natura 2000 en abril de 1991 y se declararon como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) en enero de 1998. Desde el año 2004 la gestión del Parque se realiza mediante el Proyecto LIFE, un programa de actuación específico de la Unión Europea, en cuyo marco se llevan a cabo diferentes actuaciones de mantenimiento y recuperación así como la búsqueda de un desarrollo sostenible de los recursos del mismo. Una de las finalidades del proyecto LIFE es contribuir al desarrollo de un modelo de gestión para la futura Red Natura 2000.
Las características orográficas que se dan en este espacio protegido hacen que se distingan tres ambientes o biotopos diferentes. La parte alta está ocupada por el páramo en donde abundan los bosques de sabinas y enebros que han sido muy afectados por la intervención del hombre. Existen también poblaciones de pinos resineros asentadas sobre sustrato arenoso. El fondo del cañón, a excepción de la zona inundada por el embalse, está ocupado por un bosque de ribera compuesto por sauces, chopos y alisos entre otras especies. Las paredes de los cortados rocosos dan sustento a una vegetación rupícola, propia de la roca, adaptada a la escasez de suelo y agua. Estos tres ambientes diferentes dan cobijo a una rica fauna en la que tienen especial relevancia las aves.