La ruta nos llevará a recorrer el río Lozoya, desde el Pontón de la Oliva -una de las más antiguas presas de la época de la reina Isabel II- situado poco antes de su desembocadura en el río Jarama, y hasta la Presa de La Parra, a poca distancia de la gran Presa de El Atazar. Obtendremos una de las mejores vistas de la Presa de El Atazar, situándonos a 1.260 metros sobre el Mediterráneo y 400 sobre el embalse, este cancho cimero domina toda la sierra y parte del extranjero, con los escarpes de Peñalacabra en primerísimo plano.
El embalse de El Atazar es el mayor de la Comunidad de Madrid: con una capacidad de 425,3 hm³, representa el 46% del volumen embalsado de la región. Fue construido en 1972, siendo una de las obras más importantes de la dictadura de Francisco Franco. Es el quinto embalse en el sentido de la corriente que se encuentra el río Lozoya a su paso y pertenece a la red del Canal de Isabel II.
El Pontón de la Oliva es una presa española, hoy en desuso, situada en la Sierra de Ayllón, al noreste de la Comunidad de Madrid y al noroeste de la provincia de Guadalajara. El embalse es el sexto y último con el que se encuentra el río Lozoya en su curso, y a su vez es el más antiguo de todo el sistema de presas y canalizaciones del Canal de Isabel II, red que suministra el agua potable a la capital de España y a buena parte de la comunidad.
Ruta Senderismo Madrid - Pontón de la Oliva - Cancho de la Cabeza
MATERIAL NECESARIO O ACONSEJABLE para la práctica del Senderismo.
Ropa de abrigo (tener en cuenta, que cuando hacemos ejercicio, sube la temperatura corporal, lo ideal es vestirse a capas, para después ir adecuando la ropa a las condiciones térmicas.), chaqueta impermeable, botas de montaña, cámara de fotos, comida, glucosa, protector solar, mochila (para el picnic),gafas de sol, bebida, botiquín personal.
Es recomendable llevar un pequeño bolso de mano con ropa de repuesto que se deja en el maletero del autocar. Al regresar puede uno cambiarse, si por la razón que fuera se hubiese uno mojado (o no).
Rogamos llevar calzado de repuesto que se puede dejar en el maletero, quitándose las botas antes de subir al autobús, para no mancharle.